miércoles, 3 de noviembre de 2010

La historia de un prócer interesado en la ciencia

Si nombramos a Jorge Tadeo Lozano, tal ves la primera imagen que nos llevamos a la mente es la de la Universidad ubicada en el centro de Bogotá que lleva el mismo nombre, ya que fue fundada como honor a uno de los próceres que participaron en la liberación de nuestro país de la mano española, Don Jorge Tadeo Lozano de Peralta y González Manrique, Vizconde de Pastrana.
Pero realmente no sabemos mucho de este histórico personaje; sus trabajos en ciencia, química, medicina, botánica, literatura y política, así como algunos de sus aspectos personales que trataremos de ilustrar en el trascurso de este texto.
Bajo el abrigo de una de las familias mas prestantes de la capital de La Nueva Granada entonces conocida como Santafé, nace Jorge Tadeo lozano el 30 de enero de 1771, hijo menor del primer marqués de San Jorge, Jorge Miguel Lozano y Peralta y de María Tadea González Manrique, tomando de su padre el titulo de vizconde de Pastrana.
Estudio literatura, filosofía y medicina en el Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario hoy conocida como la Universidad del Rosario, uno de los establecimientos educativos mas importantes del país, de allí han egresado personajes como El  Sabio Caldas y 28 presidentes de la Republica, como datos históricos; en 1762, una de sus aulas fue sede para que José Celestino Mutis impartiera por primera ves una clase de matemáticas en Colombia y fue convertida en cárcel durante el periodo de reconquista española, teniendo como parte de sus presos a próceres como Policarpa Salavarrieta y Francisco José de Caldas.
Luego de terminar su carrera Jorge Tadeo lozano viajo a Madrid (España), donde continuó con una carrera militar en el Real Cuerpo de Guardias de Corps, allí obtuvo el título de capitán, peleando contra los franceses en la Campaña del Rosellón, luego de esto se tituló en química, entre los años 1792 y 1793, en el Real Laboratorio de Química de la Corte de Madrid, adquiriendo un gran conocimiento científico, puesto que la química era en ese momento la ciencia que recogía mayor estudio universal e integral.
Al culminar su carrera militar, lozano vivió un tiempo en Paris después de viajar por varios países europeos, pero en 1797 vuelve a la capital de la nueva granada y fue nombrado por la Real Audiencia en el cargo de regidor y alcalde. En ese mismo año a la edad de 26 años, de forma curiosa termina perdidamente enamorado se su sobrina, doña María Tadea Lozano de Peralta quien tenia 15 años de edad y era la hija de su hermano mayor, José María Lozano de Peralta, segundo marqués de San Jorge, por el grado de consanguinidad, no podía casarse así que tuvo que tramitar ante el Arzobispo Martínez Compagnon, una dispensa por la que pago el 7 de junio de 1797, dos mil pesos destinados a servir de dotes a las niñas de la Enseñanza, seiscientos pesos para ornamentos, y tributos, entre ellos la cesión de derechos del acueducto de Funza que hasta ese entonces pertenecía a la familia. La dispensa le fue otorgada el 28 de junio de 1797 y el matrimonio se llevó a cabo el 2 de julio de ese mismo año, de esa unión nacieron ocho hijos.
Mientras estuvo de alcalde se vinculo a un grupo de intelectuales en las "tertulias Santafereñas", En 1801apoyado por su pariente el doctor Luis Azuola y Lozano, funda el "Correo curioso, erudito, económico y mercantil de Santafé de Bogotá". Primer periódico particular que existió en el Virreinato de la Nueva Granada, colaborando de esta manera con el crecimiento intelectual de la población criolla, pues en sus contenidos expresaba sus pareceres en cuanto al gobierno, la administración, la economía y otros. El semanario se editó desde el 17 de febrero de 1801 al 29 de diciembre del mismo año, con un total de 46 números.
En el año 1802, interesado en la zoología, mas específicamente en el estudio de las serpientes y sus venenos, inicia un proyecto con el rector del Colegio Mayor del Rosario, Fernando Caicedo y Rojas, en el que pretendía establecer una cátedra de química y mineralogía en el claustro del Rosario, proyecto apoyado por José Celestino Mutis y por el que tuvieron que pedir aprobación del virrey Pedro Mendinueta y Muzquiz, quien después de varios inconvenientes termino por aceptar la propuesta de lozano. La cátedra se dicto de forma teórica únicamente, ya que no se contaba con un laboratorio especializado para practicar los experimentos requeridos. 
En compañía de Francisco José de Caldas, Lozano se vinculo a la Real Expedición Botánica en 1806, tomando como objeto de su estudio la zoología por recomendación de José Celestino Mutis, de este año datos los manuscritos "Fauna Cundinamarquesa", texto que expone la manera como especies vegetales y animales exógenas se habían adaptado al trópico, transformando su paisaje natural y cultural y considera esencial la creación de zoológicos en Fusagasuga y Pacho, como lugares para estudiar el comportamiento de los animales tanto nativos como foráneos. Y "Memorias sobre el Hombre y las serpientes" y otras consideraciones y conceptos para fomentar la agricultura, mejorar el comercio y la economía en el Nuevo reino de Granada.
En 1807, el 31 de julio, fue nombrado para el cargo de teniente protector de indios de los partidos de Bosa, Fusagasuga y Usaquén. Cargo que le permitió continuar con sus estudios de zoología aunque con menos intensidad a partir de la muerte de Mutis en 1808.
A partir del 20 de julio de 1810, Jorge Tadeo Lozano se encamina hacia el ámbito político, aceptando el cargo de presidente del Colegio Electoral Constituyente, cargo durante el cual en 1811, redacto en compañía de Luis Eduardo Azuola, Miguel del Castillo y Rada y Miguel Tovar, la primera Constitución de carácter liberal que tuvo Cundinamarca ya establecida como Estado. Fue sancionada el 30 de Marzo y Promulgada el 4 de abril del mismo año. Y ya para el 1 de abril de 1811, Lozano se posesionó como el primer presidente de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, cargo que ocupó hasta el 19 de septiembre de 1811, derrocado por un golpe de opinión de los santafereños inconformes con su mandato, encabezados por Antonio Nariño y orquestado desde su periódico La Bagatela.
Durante su gobierno, Jorge Tadeo Lozano de Peralta se preocupó más por favorecer sus propios intereses y los de sus amigos y familiares, que por los del pueblo en general. De por sí era un personaje poco querido dentro de los sectores populares, debido a su origen noble y a los frecuentes escándalos en los que se vio envuelta su familia; además, su actitud como político fue benévola y a veces débil; todo esto determinó su caída.
Ya retirado de su cargo Lozano de Peralta continua con sus negocios particulares y con sus estudios en zoología hasta 1816, cuando fue apresado por el General español Pablo Morillo, el Pacificador, quien se alzo en armas con el fin de recuperar el virreinato de la Nueva Granada, un macabro echo conocido como el "régimen del terror", donde según se dice se condenaron a muerte a más de siete mil caudillos entre mayo de 1816 y agosto de 1819.
Jorge Tadeo lozano, después de vivir prisionero por 2 meses en el Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario, claustro del cual había egresado. Es juzgado por el Consejo de Guerra permanente y condenado a muerte el día 6 de julio de 1816 en la ‘Huerta de Jaime' que sirvió de escenario para levantar el patíbulo donde fueron ejecutados los principales líderes de la insurrección granadina. Allí fueron fusilados ilustres personajes como el Sabio Caldas y desde ese entonces es conocido este lugar como la Plaza de los Mártires, hoy comprende  la avenida Caracas a la carrera 15 entre calles 10 y 11 en Bogotá.
Esta es la vida, obra y muerte de uno de los mas ilustres personajes de la época granadina, que aporto sus conocimientos a la liberación de nuestra nación de la mano española, traspasando la fronteras del tiempo llegando a considerarse como un prócer de espíritu investigativo, estudioso e inquebrantable ante los compromisos que tenia con su patria.




martes, 26 de octubre de 2010

UNA PATRIOTA FIEL A LA CAUSA DE LA INDEPENDENCIA

Juana Velasco De Gallo vivía con su esposo Andrés Gallo En la hacienda de Toca, en Tunja, ambos de distinguidas familias del lugar. El día 7 de julio de 1819 esta familia recibió un coreo particular en el que se comunicaba que hacía dos días había llegado el Libertador Simón Bolívar con un ejército numeroso y necesitado de abastos, de comida, ropa y algunos otros estaban enfermos y sin caballos.

Al ver esto Doña Juana decidió entregar a sus dos hijos menores y a la mayoría de trabajadores de su hacienda, a algunos de sus caballos y al personal ´Zaino´, para que lo usaran en nombre de ella y de la patria. El libertados uso este caballo el día de la batalla del Pantano de Vargas.

El 5 de Agosto de 1819 llego el libertador a Tunja, ella lo recibió con una gran comida a la cual invito a muchas mujeres del pueblo, en esta pequeña reunión se entero que los soldados estaban escasos de ropa y decidió con ayuda de algunas mujeres y los sastres del pueblo confeccionar 2.000 camisas para el ejército y así abasteció a casi todo.

Por esto Simón Bolívar hizo una fiesta en homenaje a doña Juana y las sastres el 6 de Agosto de 1819 en las vísperas de la batalla de Boyacá, esta fiesta se hizo en la casa de los Holguín, hoy Club de Boyacá donde se había alojado la gran mayoría del Ejercito Libertador. En el siglo XX fue tradición el ´Baile De Gala´ en el Club Boyacá como recuerdo de la fiesta de los libertadores de la patria.

Doña Juana se destaco en la época junto a muchas otras mujeres por apoyar incondicionalmente la causa de La Independencia.
 

JUANA ESCOBAR

JUANA ESCOBAR



Sobre la vida y obra de Juanita Escobar existe muy poca información; sin embargo Pablo E. Forero en su libro “Heroínas olvidadas de la independencia” dice:
“….La gran mayoría de las mujeres patriotas, eran del pueblo. Del puro pueblo llano. Como Manuela Escobar, campesina boyacense y su hermana Juanita. Juana fue comisionada para servir de espía en los movimientos del general español Barreiro en los días anteriores a la batalla del Pantano de Vargas.

También llevaba mensajes que se aprendía de memoria a la división de retaguardia, en la cual venia el Libertador. En uno de esos viajes fue capturada por una patrulla española, la llevaron a presencia de Barreiro, quién la ofreció perdonarle la vida si le revelaba el sitio donde se hallaban los patriotas y su número. Ella no quiso decir nada. La llevaron a los Corrales de Gámeza en donde había treinta y siete llaneros de Santander, capturados por las avanzadas enemigas. Barreiro ordenó, que inclusive Juana Escobar, todos fuesen atados espalda con espalda. Luego, atravesados a lanzazos.

Dos días más tarde el ejército patriota hallaba a las victimas. Se dice, que hasta los veteranos lloraron a la vista de los alanceados, especialmente de la humilde Juana. El coronel y cura dominico Fray Ignacio Mariño, uno de los más temibles guerrilleros de la revolución, hizo las exequias de los sacrificados y juró vengarlos. No había chapetón que se le escapase vivo de entre las manos.”

El entierro se realizó en Corrales, porque el pueblo de Gámeza estaba prácticamente controlado y bajo el dominio y vigilancia del comandante Francisco González y era un acto de gran temeridad, en esos días, ponerse en manos del enemigo.

Sobre la Biografía, Julio Daniel Parra Caro en su monografía titulada "Corrales ante la historia" Homenaje en el año de su bicentenario, narra:

JUANA ESCOBAR nació y creció como una flor en el campo. Por sus atributos y dones personales, el destino la convirtió en la mujer útil y grande de la independencia. Por eso tan pronto como los primeros rayos de la luz tan promisoria alumbraron su tranquila y pastoril estancia, cuando oyó los primeros rumores de liberación, se transforma de inmediato en patriota activa, resuelta y abnegada.

Lo cierto es que Juanita Escobar, murió sin lugar a duda, el día 10 de julio de 1819 y manos cariñosas y amigas la llevaron al cementerio de Corrales, al antiguo cementerio, que quedaba junto al río, para darle allí honrosa y cristiana sepultura.

De todas maneras, a Corrales le corresponde el dolor y la gloria a la vez, de haber sido en su suelo, donde fue sacrificada la primera heroína boyacense, a raíz de haberse iniciado propiamente la guerra de independencia.

Juanita era ligeramente morena, más bien trigueña, su estatura, ni grande ni pequeña y en su conjunto físico, estaba maravillosamente conformada. Tendría entre 17 y 18 años. Su porte era desenvuelto y la silueta de su cuerpo seductor y perfecto, con un aire indescriptible de gracia y simpatía, que la distinguía de todas las muchachas del entorno.
Ojos negros, grandes, dulces y serenos como la superficie tranquila de un lago, soñadores, vivos y profundos, de un intenso fulgor romántico, enmarcados por cejas negras y tupidas y ribeteados por largas pestañas naturalmente encrespadas. El cabello intensamente negro, era abundante y lo mantenía siempre dividido en dos trenzas que le caían sobre la espalda y sobre las cuales acomodaba un ligero y vistoso nudo de cinta. La boca fina, dulce y bien proporcionada, delicada y hechicera, resguardaba siempre los sutiles labios de rosa, que aprisionaban dos hileras de dientes blancos y parejos.
Pero lo que más lucía y cautivaba eran los hoyuelos que se le formaban al reír, en cada una de las mejillas, irradiando bondad y simpatía incomparables.

Llevaba siempre los pies protegidos por alpargatas de fique amarrados con galones negros. Usaba faldas que le cubrían hasta debajo de las rodillas. Una blusa hecha con tela de la época, de manga corta y ligeramente descotada, rematando en un cuello bordado.

El primer bautismo de sangre, en Colombia, en las cruciales y azarosas etapas de la cruenta lucha, fue en Corrales. Así la crueldad española, escogió como victima, a una mujer, a una mujer campesina pero noble, joven, hermosa y extraordinariamente patriota.

http://corralesboyaca.galeon.com/album524709.html